sábado, 28 de abril de 2012

.Capítulo 2.



''That we've no time to waste our lives
And I don't have all the answers
So I close my eyes
And I hope I'm doing right''

Honesty-Danny & Vicky Jones

Ya habían pasado varios días, bueno dos o tres desde que Rachel y Danny se conocieron, su amistad se afianzaba cada día más y mas, no se separaban ni un solo segundo. Ese día era viernes, el día estaba un poco nublado allí en Bolton, Rachel y su madre iban de camino a casa de Danny, para que los dos niños pudieran jugar un rato, la pequeña llevaba a Lizzy en su mochila, la cabeza de la pequeña muñeca sobresalía de ella, para que no le faltara el aire.

-Cariño, ¿estas dormida?-dijo su madre mirando por el retrovisor.
-No mami.
-¿Y Lizzy, está dormida?-sonrió su madre.
-Tampoco.
-¿Estas emocionada?-pregunto su madre.
-Si.
-¿Por qué?.
-Poque vamos a ir a caza de Danny a juga-dijo la pequeña sonriendo y jugando con sus pies.
-Os lo pasareis genial hoy, ya lo veras-sonrió.

De un momento a otro, el coche paro justo en frente de una gran casa, con un jardín enorme, Rachel tenía los ojos como platos, no dejaba de observar todo lo que había por allí.

-¡Guala!
-Es bonita, eh-dijo su madre agarrando a su hija de la mano.
-Si, mucho.

Madre e hija se dirigieron hacia la puerta y se pararon frente a ella.

-¿Quieres tocar tú el timbre?-dijo su madre mirándola-es aquel botoncito de allí-dijo señalándolo.
La pequeña asintió y fue dando pequeños saltos hasta aquel botón, miró a su madre primero y después dirigió su mirada al timbre, lo miro fijamente durante un rato, luego alzó uno de sus pequeños dedos y lo presiono, cuando oyó aquel ruido tan típico, se sorprendió, pero a los dos segundos se echo a reír, su madre la miraba extrañada, pero con una sonrisa en la cara, cosas tan inocentes como esas hacían reír a su hija, cosas simples e insignificantes, pero cosas como esas le sacaban una sonrisa cada día.

-No se oye nada mami-dijo la pequeña preocupada.
-Espera un momento.

Unos tres segundos después de que su madre digiera aquello, se empezaron a oír unos ruidos, como si un gran dinosaurio estuviera caminando, apoyando todo su peso en el suelo, pegando grandes y ruidosas zancadas, todo esto que escribo, se le estaba pasando, en ese mismo momento, a la pequeña por la cabeza. La puerta se abrió y un niño que ella conocía ya bastante bien asomo su cabecita llena de risos rubios por ella.

-Danny, ¿tienes un dinosaurio en tu casa?
-Si, tengo uno en mi habitación.-sonrio de oreja a oreja.
-Hola Danny-dijo Ellen.
-Hola mama de Rachel.
-¿Esta tu mama en casa?.
-Si, ezta dentro, podeiz entrar, mi mama no se enfada.
-Es un alivio que digas eso-dijo Ellen terminando la frase con una risa.

Los tres entraron al interior de la casa, era tan bonita tanto por dentro como por fuera, eso si, no podían faltar varios juguetes esparcidos por cada rincón de la casa. El pequeño Danny se adelanto y Rachel salió corriendo detrás de él, entrando los dos a la sala de estar, donde se encontraba Kathy.

-Mama, la mama de Rachel también ha venido-dijo Danny mientras en ese mismo instante entraba Ellen.
-Tienes una casa preciosa Kathy-sonrio.
-Muchas gracias, ¿te apetece un té?.
-Me encantaría-sonrió.
-Niños, ¿Por qué no vais a jugar por ahí?, así las mamas podremos hablar de nuestras cosas.
-¿De qué cosas?-pregunto Danny curioso.
-De cosas de mujeres-dijo Ellen.
-Yo puedo hablar, yo puedo hablar-dijo Rachel dando pequeños saltos.
-No, tú, no-dijo Danny mirándola.
-Si, yo soy una mujer-dijo la pequeña orgullosa.
-No, tú eres una niña, así que a jugar-dijo su madre dándole un pequeño empujoncito.
-Jo...-dijo la pequeña haciendo pucheros.
-Venga, iros a jugar-dijo Kathy.

Los niños resignados, salieron de la sala de estar sin mirar atrás.

-¡Danny!-grito Kathy.
-¿Si, mama?-pregunto Danny.
-No hagáis mucho ruido, que Vicky está estudiando.
-Si mama-bufo.

Danny comenzó a subir las escaleras, hacia el piso de arriba, y como a Rachel no le quedaba más remedio que seguirle, pues le siguió.

-Danny, ¿Quién ez Vicky?-pregunto Rachel.
-Ez mi hermana mayor.
-Ahh…

Danny entro en una habitación, Rachel se quedo parada frente a ella, pensando en si podía pasar o no, pero al final decidió pasar, vio como  Danny sacaba juguetes de un pequeño baúl que había medio escondido, al lado del armario, la pequeña dejo su mochila en el suelo y se sentó en lo que se suponía que era la cama de Danny, observaba las azules paredes con algunos posters de un hombre que para ella era un total desconocido.

-¿Qué ez ezo?-dijo señalando a una pequeña guitarra de juguete que había colocada perfectamente de pie, en una esquina de la habitación.
-Ez una guitarra-dijo Danny acercándose a ella.
-¿Una gui…guitarra?-dijo la pequeña extrañada.
-Si, sirve para hacer música-cogió la guitarra y se puso de pie sobre la cama, creando varias turbulencias, que hicieron que Rachel diera pequeños botes en ella.-de mayor, quiero ser guitarrista, como Buce Spiting-dijo dando saltos en la cama.
-¿Quién ez Buce Spiting?-dijo poniendo de pie ella también, sobre la cama, aguantándose en esa posición como podía, ya que los saltos de Danny, no se lo hacían nada fácil.
-Ez el mejor guitarrista del mundo, cuando cumpla ziete años, mi mama, me regalara una guitarra de laz de verda.
-Danny, haz música.-sonrió la pequeña ilusionada.

El pequeño toco varios de esos botones, que hay en esas extraordinarias guitarras y varias melodías comenzaron a sonar, los dos comenzaron a saltar y a cantar, Danny cantaba mientras hacía movimientos raros con la guitarra y Rachel,saltaba,cantaba y movía exageradamente la cabeza al ritmo de aquellas 
melodías.

-Un fante se balanzea sobe la tela de una araña-cantaron los dos a la vez.

De repente su hermana muy enfadada, abrió la puerta de la habitación de Danny muy bruscamente, casi echaba humo, y  miraba seriamente a los dos niños.

-Oh,oh…-dijo Danny.
-¿Qué paza?-dijo Rachel asustada.
-Va a explotar-miro a Rachel-¡CORRE!-grito y al instante salto de la cama, Rachel hizo lo mismo y los dos salieron corriendo de la habitación, esquivando como pudieron a Vicky, Danny paso por un lado que ella no tenia vigilado, mientras que Rachel, aprovechando su despiste, se escabullo, pasando rápidamente por debajo de sus piernas.

-Venid aquí renacuajos-grito Vicky y empezó a perseguirlos.

Danny corría muy rápido, Rachel ya se empezaba a cansar, así que se paró un momento, y miro hacia delante, buscando a Danny, pero se había esfumado, de repente alguien la cogió del brazo y tiró de ella fuertemente hacia un pequeño cuarto, invadido por la oscuridad, la que se fue totalmente cuando se cerró la puerta.

-¿Danny?-dijo la pequeña asustada.- ¿Danny? Ezto no hace ninguna gracia.
-¡BU!
-¡AHHHHHHHHHH!-la pequeña pego tal brinco que se apoyo contra la puerta, en el momento que Vicky la abrió, y termino en el suelo, mirando a Vicky atemorizada, mientras Danny se reia, pero su risa no duro mucho, cuando quito la vista de Rachel, vio a su hermana aun echando humo por las orejas.

-Sera mejor que corras enano-dijo su hermana remangándose la camiseta y mirándole amenazante.

Danny no se lo pensó dos veces y empezó a correr de nuevo, con Vicky persiguiéndole, Rachel aun seguía tirada en el suelo, se sentó y pego su espalda a la pared, había un silencio casi sepulcral en el pasillo, ya no se oían ni los rápidos pasos de Danny ni los gritos de su hermana, varias lagrimas empezaron a resbalar por sus mejillas, entre el susto que le había dado Danny y que la había dejado sola, no se le ocurrió otra cosa, que llorar. Se levanto y bajo corriendo las escaleras, casi ciega a causa del agua que se acumulaba en sus grandes ojos azules, lo veía todo borroso, pero entonces alguien la agarro de los hombros y se puso a su altura.

-¿Qué te ha pasado pequeña?.
-Danny me ha…ha azustado y me dejo zola-dijo sorbiendo por la nariz.
-A ver, respira hondo y tranquilízate, ¿vale?-dijo aquel hombre mientras, con sus ásperas y grandes manos le limpiaba las lagrimas a la pequeña.
-Vale…-la pequeña hizo lo que aquel hombre le ordeno, por fin lo volvió a ver todo claro, parada frente a ella, había un hombre, de pelo castaño y con unos bonitos ojos azules.
-¿Mejor?-dijo aquel hombre sonriendo.
-Mucho-sonrió la pequeña.
-¡Papa!-dijo Danny, él cual bajo las escaleras corriendo, para ir junto a él.
-¿Qué tal hijo?-dijo su padre revolviéndole el pelo.
-Papa, Danny no me deja estudiar-dijo Vicky desde arriba.
-Ezo no ez verdad.
-Si que lo es.
-¡Que no!
-¡Que zi!
-Chicos, parad de una vez,-dijo su padre mirándolos a los dos alternativamente.-Vicky vete a estudiar y Danny quédate aquí.

Vicky bufo y fue a su habitación.

-Danny, ¿Es cierto que has asustado a esta linda señorita y la has dejado sola, eh?-dijo su padre mirándolos a los dos, pero sobretodo a Danny.
-No es una linda señorita –hizo una mueca de asco-es Rachel.
-Erez tonto, Danny.-dijo la pequeña, cruzándose de brazos enfadada.
-Danny…-suspiro su padre.-pidele perdón.
-Pero,zi no le he hecho nada-bufo.
-Si, la has asustado.
-Lo siento-dijo Danny resignado.
-Muy bien-dijo su padre dándole palmaditas en la espalda.-bueno, pues ahora que está todo arreglado-dijo su padre mirándolos pillo, cogió primero a Danny y lo subió a uno de sus hombros como si fuera un saco de patatas y después hizo lo mismo con Rachel.

Su padre empezó a dar vueltas por el recibidor, haciendo que era un avión, los pequeños no paraban de reírse, el padre de Danny, empezó a correr, haciendo zigzag hasta la sala de estar, donde estaban Kathy y Ellen.

-Y aquí se termina el viaje-dijo dejándolo a los dos en uno de los sofás, terminando la faena, haciendo cosquillas a cada uno rápidamente.
-Ellen, te presento a mi marido, Alan-sonrio Kathy.
-Encantada-dijo Ellen, estrechándole la mano a Alan.
-Lo mismo digo-sonrió Alan
-Bueno…Rachel, creo que es hora de irse-dijo Ellen-, ya es bastante tarde.
-¿Puedo quedarme un ratito maz po favo?-dijo la pequeña haciéndole pucheros a su madre.
-Otro día, ¿vale?.

La pequeña bufo, y su madre la cogió en brazos.

-Adiós cielo-dijo Kathy.

La pequeña se despidió de ellos con la mano y una sonrisa de oreja a oreja, a diferencia de sus padres, Danny estaba sentado en el sofá, donde antes los había dejado su padre, estaba ahí totalmente quieto, mirándolos.

-Adiós Danny-dijo al fin la pequeña, un poco desconcertada, ante la reacción de su amigo.

Las dos salieron de aquella casa, y fueron directas al coche,Ellen dejo a Rachel en la parte trasera, la que se quedo rápidamente dormida, hoy había sido un día movidito, no estuvo pensando mucho en la reacción de Danny, no era una gran preocupación para una niña de tres años. Cuando llegaron a su casa, su madre paso a Rachel a los brazos de su padre, el que la llevo a su habitación, y la dejo delicadamente sobre su cama, la arropo y deposito un tierno beso en su frente, antes de marcharse, la pequeña aunque dormía plácidamente, noto aquel contacto y sonrió por un momento, aunque su padre no pudo verlo, todo era muy bonito, pero a la pequeña le faltaba algo, algo que extrañamente no había echado en falta desde que salió de aquella casa, pero no tardaría en hacerlo, cuando se despertara.

No muy lejos de allí…

-Venga Danny, vete a dormir ya-le dijo su padre.
-No quero, quero ver la tele un rato más.
-¡He dicho que te vayas a dormir!-le grito su padre.
-¡Alan, no le grites!-le reprocho Kathy a Alan.
-Sera mejor que nos vayamos-dijo Vicky, sacando a su hermano de allí, lo llevo hasta a su habitación y tras darle un abrazo le cerró la puerta, para evitar que oyera los gritos de sus padres, hacía tiempo que las cosas no iban demasiado bien en casa de Danny, sus padres no paraban de pelearse, por diferentes cosas, cosas que Danny no entendía, su padre se mantenía distante en todo momento, pero ese día, le extraño que jugara con él, hacia tiempo que no jugaba con él de esa manera, era la primera vez, después de mucho tiempo, que su padre se portaba así con él, normalmente siempre estaba de mal humor, y le gritaba, como antes, por suerte su madre siempre le defendía y eso le consolaba un poco.

-¿Qué ez ezto?-dijo cogiendo una pequeña mochila, que había arrinconada en una esquina de su habitación, Rachel se había olvidado su mochila, y con ella a Lizzy, el pequeño saco con cuidado a la muñeca y se la llevo con él, hasta la cama.-ezta noche te quedaraz con tu papa a dormir Lizzy, yo te cuidare-dijo metiéndose debajo de las sabanas con ella y cerrando los ojos, cayendo profundamente dormido.


¿Os ha gustado? espero que si :D,Bueno...si alguien mas lee mi fic,a parte de las dos cosas mas jkbyubvgiubu del mundo que comentan,me gustaria,si no es mucho pedir que...¡COMENTARAIS!,para ver que os parece y eso,por fis.por fis,y eso,el proximo cap,lo subire supongo que...el fin de semana que viene,y si no se me va el internet ¬¬ .
¡OS QUIERO! <333

lunes, 23 de abril de 2012

.Capitulo 1.


Aquí ya empieza lo bueno, espero que os guste el primer cap, el primero de muchos, que comentéis, y me compréis una ardilla también, nah es broma jajaja, también os quería pedir, si no os importaría hacerme algo de publi, ¿vale?, gracias: D, y después de esto…
¡EMPEZAD A LEER! : 3


``Don't wake me up,
Baby I'm in love
And I'm dreaming so much
But I don't ever wanna stop’’

Don’t wake me up-McFly

Las gotas de agua resbalaban por el cristal, lentamente, sin prisas, muchas de ellas hacen carreras, una contra otra, para ver quién se desintegra contra el final de la ventana primero, dejando una pequeña señal de humedad y otras pequeñas gotas por donde han pasado. Una pequeña niña, de unos ojos azules, soñadores, fantasiosos y tan llenos de ternura, lo típico en una niña de 3 años, sigue con la mirada a esas gotas, viéndolas resbalar mientras su madre hunde sus dedos en su pelo, dándole pequeñas caricias, mientras se lo recoge en una coleta adornada por un lacito azul.

-¿Estas nerviosa cariño?-dijo su madre dándole un beso en la cabeza, la pequeña solo asintió y restregó una de las mangas de su camiseta contra su nariz.

Era el primer día de colegio de Rachel, así se llamaba, sentía miles de cosquilleos recorriendo su pequeña barriga, su madre le había dicho que cuando se esta nerviosa, miles de mariposas entran en el estomago y empiezan a volar, buscando una salida, provocándole ese cosquilleo que siente.

-Tranquila Rachel, todo saldrá bien-le tiende la mano-vamos, dame la mano.

La pequeña le dio la mano a su madre, apretándosela fuertemente, bueno lo que sus fuerzas le permitían, su madre lo nota y sonríe para intentar tranquilizar a la niña.

-¡Princesa!-grita su padre desde el final de la escalera, con los brazos bien abiertos, esperando a que su niña corriera hasta él y se tirara, respondiendo al  abrazo que le daría él, y así lo hizo, corrió hasta él con una gran sonrisa y se tiró a sus brazos.- ¿Preparada para tu primer día de cole?-dijo sonriente y dándole un beso en la mejilla.

-No, quero ir –dijo la pequeña negando con la cabeza.
-¿Por qué no cielo?-dijo su madre.
-Poque no-dijo la pequeña encogiéndose de hombros-poque nadie quera juga conmigo y con Lizzy-dijo acariciando el pelo de su extravagante muñeca.

Su madre y su padre se rieron y miraron con dulzura a su hija.

-Cuando salgas del cole, tendrás muchos amigos, ya lo veras-dijo su madre dándole un beso en una de sus sonrosadas mejillas.
-No quero ir-dijo la pequeña cruzándose de brazos.
-Pues si te quedas aquí…-dijo su padre mirándola pillo-te hare cosquillas.
-No, cosquillas, no-dijo la pequeña entre risas, mientras su padre le hacía cosquillas.

Al final Rachel accedió, y por librarse de las cosquillas de su padre, decidió ir al cole, le dio dos besos a su padre antes de salir, y se reservo los que le quedaban para cuando se despidiera de su madre, para ella los besos eran como pequeños regalos, por eso los reservaba y no se los daba a cualquiera ,su madre, tuvo que tirar varias veces de ella porque la pequeña no paraba de pararse, girarse y despedirse de su padre, una y otra vez, la puerta se cerro y su madre desenlazo su mano de la de su hija, para desplegar un enorme paraguas rojo, suficientemente grande como para cubrirlas a las dos, caminaron despacio hasta llegar al coche, donde sin cerrar el paraguas su madre aun sonriente, abrió una de las puertas traseras de el negro coche para darle paso a su hija hacia el interior, confortable y a prueba de agua de el coche, su madre cerró la puerta y rápidamente cerro el paraguas y se subió al coche, metió una llave con un lacito, del mismo color que él que tenia puesto Rachel en el pelo, y arranco el coche.

Rachel abrazaba a Lizzy, su pequeña muñeca con cinco colores en su pelo, la que la acompañaba a todas partes, fuera a donde fuera, siempre permanecía entre sus brazos, estaba con ella desde que recordaba, antes era de su madre, pero ella se la cedió a su hija. Hace unos meses, Rachel quería ser peluquera, le corto tanto el pelo a Lizzy que la dejo prácticamente calva, ese día fue llorando hacia su madre, que al ver a la muñeca, empezó a reirse, su madre cogía varias bolas de lana de muchos colores, todas diferentes, blancas, azules, rosas, amarillas…a Rachel le gustaban todos y cada uno de los colores, así que decidió que su muñeca no tendría uno sino cinco colores en su pelo, y así fue.

El coche paro y su madre bajo del coche para abrirle la puerta a Rachel, la pequeña bajo del coche mirando a todos lados, viendo a miles de niños corriendo hacia el interior de aquel edificio.

-¿Preparada?-dijo su madre cogiendo de la mano a su hija.
-No, las mariposas no ze quieren ir-dijo señalando a su estomago.
-A ver-dijo su madre agachándose, hasta quedar a la altura de la pequeña-haz lo que yo te diga, ¿vale?
-Vale-dijo Rachel subiendo una de sus manos a su boca, para empezar a morderse las uñas, una mala manía que tenia, pero por ahora su madre no hacía nada al respecto
-Cierra los ojos, respira hondo y suelta todo el aire que hayas cogido, así las mariposas saldrán poco a poco-dijo su madre observando cómo Rachel hacia todo lo que ella le decía-, ahora, abre los ojos.

Rachel abrió los ojos y vio a su madre mirándola con una sonrisa como siempre, tranquilizándola, sonrio y se tiro a sus brazos para abrazarla.

-Venga cielo, entra ya-dijo su madre mirándola.
-No quero.
-Vamos, te lo pasaras genial.

La niña miro seriamente a su madre, se cruzo de brazos y volvió a mirar al colegio, allí parada, frente a las puertas del mismo, había una señora alta y rubia que la miraba sonriente.

-¿Eres Rachel?-le pregunto aquella señora, la pequeña asintió.-me llamo Anne, soy tu nueva profesora.

Rachel miraba fijamente a aquella mujer, era muy guapa y parecía simpatica, pero no lo suficiente como para irse con ella a donde quiera que fuera, Rachel volvio la vista a su madre.

-Mami.
-Dime cariño-dijo arreglándole las solapas de la chaqueta.
-Eza mujer…¿ez una brua?.
-¿Una bruja?-la pequeña asintió-no, pues claro que no-se rio.- ¿por qué dices eso?
-Poque zabe mi nombre.
-Es tu profesora, sé sabe el nombre de todos los niños.
-Ahh...
-Anda ve con ella-dijo dándole un pequeño empujoncito-pásatelo bien.

La pequeña sonrió y fue hacia Anne su nueva profesora, la que se puso a su altura cuando Rachel llego y le sonrió.

-Encantada de conocerte Rachel-dijo sonriente y estrechándole la mano a la pequeña.
-En…encantada de conocerte profezora- dijo la pequeña imitándola.
-Bueno…-se incorporo-vamos a clase, te están esperando.

La niña sonrió y una de sus manos volvió a su boca, para comenzar de nuevo a morderse las uñas, antes de entrar, Rachel giro su cabeza y vio a su madre despidiéndose de ella dulcemente con la mano, de repente, la pequeña se soltó de la mano de Anne, y salió corriendo, con su mochila tambaleándose a todos lados y Lizzy a punto de caerse de ella, llegó hasta donde se encontraba su madre y de un salto, consiguió abrazarla.

-Peque, sabes que me encantan tus abrazos, pero es hora de ir a clase-dijo su madre, separándola de ella y colocándole varios mechones caidos, detrás de su oreja.
-Ez que…ze me olvido una cosa.
-¿El qué?-y la niña le dio dos dulces besos a su madre, uno en cada mejilla.-pensaba que te habías olvidado-dijo sonriendo.
-Los guardaba-dijo la pequeña sonriendo.
-Venga anda, vete a clase-dijo su madre, volviéndola a abrazar, mientras se le escapaba una pequeña lagrima.-te estaré esperando aquí mismo, ¿de acuerdo?

Rachel asintió y volvió corriendo hasta donde estaba Anne, la que la miraba con una sonrisa, las dos fueron caminando cogidas de la mano, después de pasar muchos pasillos, se pararon frente a una clase, desde afuera podían oírse risas y muchos gritos, las mariposas habían vuelto a su estomago y esta vez le parecía que iba a explotar en un par de segundos, Anne abrió la puerta y se hizo el silencio, ella entro primero, situándose en frente de aquellos niños que la observaban expectantes.

-Buenos días, chicos.
-Buenos días, señorita-contestaron todos al unisonó.

Una pequeña cabeza, con una coleta alta y castaña, bastante desecha, adornada por un lacito azul, se asomo por la puerta, mirando a todos los niños y niñas que había allí, ellos también la miraban, fijamente, sin parpadear, Rachel puso una de sus manos en su estomago, las mariposas de su estomago volaban descontroladas.

-Decidle hola a Rachel-dijo la profesora, haciéndole señas a la niña, para que entrara.
-Hola Rachel-dijeron todos y la pequeña bajo la cabeza, sonrojada.
-Vamos a ver donde te sentamos-dijo Anne mirando hacia todos los lados-mm…allí junto a Daniel, ¿te parece bien?

Rachel solo asintió, y se fue corriendo hasta su sitio, intentado esquivar todas las miradas posibles. Se sentó al lado de Daniel, le miro por un momento, momento que le sirvió para fijarse de que tenia miles de pequeños puntos en la cara, esos puntos le parecían graciosos, y por esos soltó una pequeña risilla casi inaudible, esos puntos le recordaron a los plátanos que siempre le hacía comer su abuela, amarillos y con puntos negros, aunque a simple vista, ese tal Daniel, no era un plátano. Las horas pasaron lentas, hasta que toco el timbre y todos los niños salieron escopetados hacia el patio, Rachel salió a aquel pequeño patio y fue hacia donde estaban unas niñas, jugando con sus lindas muñecas, pero las niñas, al ver a la extravagante y rara Lizzy, se negaron rotundamente a jugar con la pequeña, Rachel con alguna que otra lagrima que no conseguía retener fue hacia un banco donde se sentó, puso a Lizzy detrás suya, y se cruzo de brazos, cabizbaja, aquellas niñas la habían rechazado, y aunque fuese una tontería el porqué, dolía, dolía sentirse diferente, siempre duele. Rachel se movió un poco, y oyó un pequeño crujido, en ese instante recordó, que antes de salir de clase, se había guardado en el bolsillo, un paquete, donde yacían las galletas de chocolate, más ricas de todo el mundo, las de su madre, saco de su bolsillo aquel paquete y una a una empezó a comerse aquellas deliciosas galletas, entonces algo choco contras sus pies, una cosa redonda y brillante, que a Rachel le parecía a ver visto antes, al sentir el contacto de aquella cosa contra sus pies, los subió sobre el banco, intimidada.

-¿Me la daz?-dijo Daniel acercándose a ella.

La pequeña lo miro y bajo su cabeza rápidamente.

-¿Qué te paza?-dijo el pequeño, sentándose a su lado.
-Nadie quiere jugar conmigo y con mi muñeca-dijo la pequeña sin levantar la cabeza, y restregando una de sus mangas contra su nariz, limpiándose las lagrimas que la rozaban.
-¿Y po que?
-Poque dizen que ez muy muy muy fea.
-¿Y donde ezta tu muñeca?-dijo Daniel alzando su mirada.
-Aquí-dijo la pequeña, sacando a Lizzy de detrás de ella y dejándola sobre su regazo.
-¡Guala!, qué rara es-dijo Daniel mirando con los ojos muy abiertos a la muñeca.
-¡No, no lo es!, es…muy muy guapa-dijo la pequeña acariciando el pelo de su muñeca.
-Tú… ¿erez zu mama?
-Si.
-¿Y quién ez zu papa?.
-No tiene-dijo Rachel encogiéndose de hombros.
-Yo zere su papa-dijo Daniel sonriendo.
-¿De verdad?
-Si-dijo el pequeño asintiendo exageradamente con la cabeza-¿quieres ser mi amiga?
-¿Amiga?¿que ez ezo?-dijo la pequeña curiosa.
-No sé-se encogió de hombros-mi mama dice, que mi hermana tiene muchaz amigaz, poque se regalan cosas.
-Toma-dijo dándole una galleta que reservaba, para antes de entrar a clase-te regalo mi galleta.
-Y yo te regalo…-miro hacia sus pies-mi pelota-dijo dándosela.
-Ez muy bonita-sonrió.
-¿Amigoz?-dijo Daniel poniendo su mano delante de ella.
-Amigoz-dijo la pequeña agarrando la mano de su nuevo amigos, y moviéndola rápidamente hacia arriba y hacia abajo, señando su amistad.

Los dos pequeños volvieron a clase, juntos por supuesto. El primer día de colegio había terminado para la pequeña Rachel, ella y Daniel caminaban juntos por los pasillos del colegio.

-¿Una carrera?-dijo Daniel mirando pillo a su nueva amiga.
-Preparados-dijo Rachel mirando fijamente al frente y poniéndose en posición, hace unos días había visto a unos hombres en la tele, su padre le había explicado que iban a hacer una carrera, aquellos hombres flexionaron sus piernas, arquearon sus espaldas y con la punta de los dedos tocaban el suelo, Rachel hizo lo mismo y Daniel la miro extrañado, aunque en el fondo le hacía gracia como se había puesto la pequeña.

-Listoz.
-¡YA!-gritaron los dos a la vez, y salieron corriendo, adelantando a varios de sus compañeros, que anteriormente les habían pasado corriendo, sus risas podían oírse por todo el colegio, sobre todo la de Daniel, que para su edad, tenía una risa muy escandalosa, la risa más escandalosa que había oído nunca, 
incluso más que la suya.

-¡He ganado, he ganado!-dijo la pequeña saltando en el sitio y con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Pido la bamcha!-dijo Daniel alzando la mano.
-Se dice revancha Daniel-dijo una señora entre risas parándose al lado de Daniel.
-Eso… ¡pido la revancha!
-¿Qué es la revancha?-dijo Rachel mirando a aquella mujer.
-Es volver a jugar de nuevo-dijo ella de manera que la pequeña pudiera entenderlo.
-Ahh…
-Rachel, te estaba buscando-dijo Ellen situándose al lado de la pequeña.
-¡Mami!-dijo la pequeña abrazando a su madre.
-¿Te lo has pasado bien hoy?-le pregunto.
-Si, mami-dijo asintiendo-mira, este es Danny-dijo señalando a su nuevo amigo.
-¿Danny?-dijo el pequeño extrañado.
-Si, ez que Daniel es muy muy largo-dijo Rachel exageradamente.
-Puez si tú me llamas Danny, yo te llamare… ¡BLU!
-¿Blu?
-Si, ez azul, como tu cuerda-dijo señalando al lazo que tenía en el pelo.
-Es un lacito-se rio la pequeña.
-También se puede decir asi -sonrió-¿te gusta, Blu?
-No-dijo cruzándose de brazos.
-Puez entonces te llamara Blu -sonrio pillo.
-Puez, pues, yo te llamare… ¡puntoz!
-¿Puntoz?
-Si, poque tienez muchos puntitos en la cara y en los brazos, ¿ves?-dijo la pequeña tocando cada uno de aquellos puntitos-aquí, aquí y aquí.
-Son pecas cariño, esos puntitos que tiene Daniel, se llaman pecas-dijo su madre entre risas.
-Puez, le llamare… ¡pecaz!
-Pecaz no-dijo el pequeño negando con la cabeza-Danny me guzta maz.
-Puez no me digaz Blu-dijo la pequeña haciendo pucheros.
-Vale.-dijo resignado.

Los pequeños se callaron, después de aquella conversación y dirigieron su vista hacia sus madres, las que 
no paraban de reírse ante la graciosa conversación que había tenido sus hijos.

-Encantada soy Kathy, la madre de Daniel-el pequeño carraspeo-quiero decir Danny-se rio.
-Igualmente, yo soy Elen, la madre de Rachel-sonrió.

Las dos madres pasaron hablando bastante rato, mientras Danny y Rachel corrían como locos alrededor de ellas, persiguiéndose el uno al otro. Cuando llegó la hora de irse como es normal, cada uno se fue con su madre, no sin antes despedirse, con una dulce sonrisa en los rostros de cada uno, una sonrisa que no se le fue  a ninguno de los dos, hasta que cayeron dormidos, ninguno de los dos sabían que, ese día iba a hacer el punto de salida, de una bonita historia

domingo, 22 de abril de 2012

Introducción


Al norte de Inglaterra, en Bolton, algo acaba de comenzar, una bonita historia entre dos niños, aparentemente demasiado pequeños como para sentir algo tan fuerte como es el amor, y tal vez sea cierto, los niños pequeños no saben demasiadas cosas con respecto al amor, no saben  porque la gente dice que siente mariposas en el estomago cuando le gusta alguien y lo ve, no saben que es el amor a primera vista, ni la manía esa de sonreír tanto cuando estas al lado de tu amor, no lo saben, pero estoy segura de que lo irán descubriendo poco a poco, tal vez tendrán que pasar por cosas tanto buenas como malas para poder descubrirlo, pero lo harán, el amor no comprende de edades, y estos dos pequeños no serán una excepción.

Una pequeña niña, algo timida, acompañada de una muñeca conocerá a un niño, alegre y extrovertido, que será tan importante en su vida como el agua que bebe a todas horas, pero ella no lo sabe al igual que él.

Esta historia ira por etapas y veréis que estos dos niños, están demasiado unidos, pero bueno…el destino es caprichoso.

Se encontraran en muchos sitios, de todas las formas, está pequeña niña se convertirá en una guapa chica al igual que el chico madurara, bueno…a su manera.

¿Qué pensarías si un día cualquiera te encontraras con un viejo amigo, en una cafetería o en el parque y no lo reconocieras?

¿Qué pasaría si un día conoces a un chico, que conoces más de lo que crees?

Tu corazón empezaría a hacer boom, a latir descontroladamente, sin saber porque, lo mirarías extrañada y el te miraría a ti sonriendo como el solo sabe, derritiéndote, una sonrisa que aunque no lo recuerdes, las has visto muchas veces.

Y…¿qué pasa con el chico?, él madurara como he dicho antes, a su manera, no todo el mundo sigue el mismo proceso de maduración, aunque su madurez le ayudara mucho, a la hora de ligar con las chicas, su encanto y… su fama, si este chico, sufrirá un movimiento de 180 grados en su vida, pero, ¿qué pasaría si un día ve a una chica?, una chica que ha visto muchas veces, con la que ha compartido infinidad de cosas, y su corazón hace el doble de boom que el de ella, pero tampoco tiene idea de por qué.

Esta historia será bastante rara, no será la típica de chico conoce a chica y vivieron felices y comieron perdices, bueno no se sabe…

lunes, 16 de abril de 2012

Hello,hello,hello,hello,hello

Bueno, aquí empieza otra de mis invenciones, como todo, tendrá su introducción para que os vayáis situando en la historia, tendrá dos personajes principales, en los que se basara la historia, por supuesto llegare hasta el final de la historia y llorareis muajajajajaja, bah ahora seriedad de nuevo, la historia empecerá contada por una tercera persona, osease yo la narradora, qué importante me siento llamándome narradora, me siento escritora y todo. También es una historia donde aparecerá…TAN TAN MCFLY,pero la historia se centrara más en la vida de Rachel, desde su infancia, pasando por su adolescencia y acabando en su madurez, pero por todas esas etapas o al menos las mayoría, le acompañara Daniel, un pequeño pecoso de ojos azules que será algo más que importante en su vida, me gustaría que esta novela sea bastante larga, qué no sean cuarenta capítulos y se acabo, así que os cansareis de leer, y eso es todo, aquí os dejo una foto de los personajes, para que os hagáis una idea.



A la derecha pondré la misma foto, pero mientras se vaya desarrollando la historia las iré cambiando, quizás no me entendáis ahora pero ya me entenderéis, espero que os guste y vomitéis arco iris.
Xxx

PD: Aquí tenéis mi otro fic http://thewaythatyoukiss.metroblog.com/