Aquí ya empieza lo bueno, espero que os guste el primer cap,
el primero de muchos, que comentéis, y me compréis una ardilla
también, nah es broma jajaja, también os quería pedir, si no os importaría hacerme
algo de publi, ¿vale?, gracias: D, y después de esto…
¡EMPEZAD A LEER! : 3
``Don't wake me up,
Baby I'm in love
And I'm dreaming so much
But I don't ever wanna stop’’
Don’t wake
me up-McFly
Las gotas de agua resbalaban por el cristal, lentamente, sin
prisas, muchas de ellas hacen carreras, una contra otra, para ver quién se
desintegra contra el final de la ventana primero, dejando una pequeña señal de
humedad y otras pequeñas gotas por donde han pasado. Una pequeña niña, de
unos ojos azules, soñadores, fantasiosos y tan llenos de ternura, lo típico en
una niña de 3 años, sigue con la mirada a esas gotas, viéndolas resbalar
mientras su madre hunde sus dedos en su pelo, dándole pequeñas caricias,
mientras se lo recoge en una coleta adornada por un lacito azul.
-¿Estas nerviosa cariño?-dijo su madre dándole un beso en la
cabeza, la pequeña solo asintió y restregó una de las mangas de su camiseta
contra su nariz.
Era el primer día de colegio de Rachel, así se llamaba,
sentía miles de cosquilleos recorriendo su pequeña barriga, su madre le había
dicho que cuando se esta nerviosa, miles de mariposas entran en el estomago y
empiezan a volar, buscando una salida, provocándole ese cosquilleo que siente.
-Tranquila Rachel, todo saldrá bien-le tiende la mano-vamos,
dame la mano.
La pequeña le dio la mano a su madre, apretándosela fuertemente,
bueno lo que sus fuerzas le permitían, su madre lo nota y sonríe para intentar
tranquilizar a la niña.
-¡Princesa!-grita su padre desde el final de la escalera,
con los brazos bien abiertos, esperando a que su niña corriera hasta él y se tirara,
respondiendo al abrazo que le daría él,
y así lo hizo, corrió hasta él con una gran sonrisa y se tiró a sus brazos.- ¿Preparada
para tu primer día de cole?-dijo sonriente y dándole un beso en la mejilla.
-No, quero ir –dijo la pequeña negando con la cabeza.
-¿Por qué no cielo?-dijo su madre.
-Poque no-dijo la pequeña encogiéndose de hombros-poque
nadie quera juga conmigo y con Lizzy-dijo acariciando el pelo de su
extravagante muñeca.
Su madre y su padre se rieron y miraron con dulzura a su
hija.
-Cuando salgas del cole, tendrás muchos amigos, ya lo
veras-dijo su madre dándole un beso en una de sus sonrosadas mejillas.
-No quero ir-dijo la pequeña cruzándose de brazos.
-Pues si te quedas aquí…-dijo su padre mirándola pillo-te
hare cosquillas.
-No, cosquillas, no-dijo la pequeña entre risas, mientras su
padre le hacía cosquillas.
Al final Rachel accedió, y por librarse de las cosquillas de
su padre, decidió ir al cole, le dio dos besos a su padre antes de salir, y se
reservo los que le quedaban para cuando se despidiera de su madre, para ella
los besos eran como pequeños regalos, por eso los reservaba y no se los daba a
cualquiera ,su madre, tuvo que tirar varias veces de ella porque la pequeña no
paraba de pararse, girarse y despedirse de su padre, una y otra vez, la puerta
se cerro y su madre desenlazo su mano de la de su hija, para desplegar un
enorme paraguas rojo, suficientemente grande como para cubrirlas a las dos,
caminaron despacio hasta llegar al coche, donde sin cerrar el paraguas su madre
aun sonriente, abrió una de las puertas traseras de el negro coche para darle
paso a su hija hacia el interior, confortable y a prueba de agua de el coche,
su madre cerró la puerta y rápidamente cerro el paraguas y se subió al coche,
metió una llave con un lacito, del mismo color que él que tenia puesto Rachel
en el pelo, y arranco el coche.
Rachel abrazaba a Lizzy, su pequeña muñeca con cinco colores
en su pelo, la que la acompañaba a todas partes, fuera a donde fuera, siempre permanecía
entre sus brazos, estaba con ella desde que recordaba, antes era de su madre,
pero ella se la cedió a su hija. Hace unos meses, Rachel quería ser peluquera,
le corto tanto el pelo a Lizzy que la dejo prácticamente calva, ese día fue
llorando hacia su madre, que al ver a la muñeca, empezó a reirse, su madre
cogía varias bolas de lana de muchos colores, todas diferentes, blancas, azules,
rosas, amarillas…a Rachel le gustaban todos y cada uno de los colores, así que
decidió que su muñeca no tendría uno sino cinco colores en su pelo, y así fue.
El coche paro y su madre bajo del coche para abrirle la
puerta a Rachel, la pequeña bajo del coche mirando a todos lados, viendo a
miles de niños corriendo hacia el interior de aquel edificio.
-¿Preparada?-dijo su madre cogiendo de la mano a su hija.
-No, las mariposas no ze quieren ir-dijo señalando a su
estomago.
-A ver-dijo su madre agachándose, hasta quedar a la altura
de la pequeña-haz lo que yo te diga, ¿vale?
-Vale-dijo Rachel subiendo una de sus manos a su boca, para
empezar a morderse las uñas, una mala manía que tenia, pero por ahora su madre
no hacía nada al respecto
-Cierra los ojos, respira hondo y suelta todo el aire que
hayas cogido, así las mariposas saldrán poco a poco-dijo su madre observando cómo
Rachel hacia todo lo que ella le decía-, ahora, abre los ojos.
Rachel abrió los ojos y vio a su madre mirándola con una
sonrisa como siempre, tranquilizándola, sonrio y se tiro a sus brazos para
abrazarla.
-Venga cielo, entra ya-dijo su madre mirándola.
-No quero.
-Vamos, te lo pasaras genial.
La niña miro seriamente a su madre, se cruzo de brazos y
volvió a mirar al colegio, allí parada, frente a las puertas del mismo, había
una señora alta y rubia que la miraba sonriente.
-¿Eres Rachel?-le pregunto aquella señora, la pequeña
asintió.-me llamo Anne, soy tu nueva profesora.
Rachel miraba fijamente a aquella mujer, era muy guapa y
parecía simpatica, pero no lo suficiente como para irse con ella a donde quiera
que fuera, Rachel volvio la vista a su madre.
-Mami.
-Dime cariño-dijo arreglándole las solapas de la chaqueta.
-Eza mujer…¿ez una brua?.
-¿Una bruja?-la pequeña asintió-no, pues claro que no-se
rio.- ¿por qué dices eso?
-Poque zabe mi nombre.
-Es tu profesora, sé sabe el nombre de todos los niños.
-Ahh...
-Anda ve con ella-dijo dándole un pequeño empujoncito-pásatelo
bien.
La pequeña sonrió y fue hacia Anne su nueva profesora, la
que se puso a su altura cuando Rachel llego y le sonrió.
-Encantada de conocerte Rachel-dijo sonriente y
estrechándole la mano a la pequeña.
-En…encantada de conocerte profezora- dijo la pequeña
imitándola.
-Bueno…-se incorporo-vamos a clase, te están esperando.
La niña sonrió y una de sus manos volvió a su boca, para
comenzar de nuevo a morderse las uñas, antes de entrar, Rachel giro su cabeza y
vio a su madre despidiéndose de ella dulcemente con la mano, de repente, la
pequeña se soltó de la mano de Anne, y salió corriendo, con su mochila
tambaleándose a todos lados y Lizzy a punto de caerse de ella, llegó hasta
donde se encontraba su madre y de un salto, consiguió abrazarla.
-Peque, sabes que me encantan tus abrazos, pero es hora de
ir a clase-dijo su madre, separándola de ella y colocándole varios mechones
caidos, detrás de su oreja.
-Ez que…ze me olvido una cosa.
-¿El qué?-y la niña le dio dos dulces besos a su madre, uno
en cada mejilla.-pensaba que te habías olvidado-dijo sonriendo.
-Los guardaba-dijo la
pequeña sonriendo.
-Venga anda, vete a clase-dijo su madre, volviéndola a abrazar,
mientras se le escapaba una pequeña lagrima.-te estaré esperando aquí mismo,
¿de acuerdo?
Rachel asintió y volvió corriendo hasta donde estaba Anne, la
que la miraba con una sonrisa, las dos fueron caminando cogidas de la mano,
después de pasar muchos pasillos, se pararon frente a una clase, desde afuera
podían oírse risas y muchos gritos, las mariposas habían vuelto a su estomago y
esta vez le parecía que iba a explotar en un par de segundos,
Anne abrió la puerta y se hizo el silencio, ella entro primero, situándose en
frente de aquellos niños que la observaban expectantes.
-Buenos días, chicos.
-Buenos días, señorita-contestaron todos al unisonó.
Una pequeña cabeza, con una coleta alta y castaña, bastante desecha,
adornada por un lacito azul, se asomo por la puerta, mirando a todos los niños
y niñas que había allí, ellos también la miraban, fijamente, sin parpadear,
Rachel puso una de sus manos en su estomago, las mariposas de su estomago
volaban descontroladas.
-Decidle hola a Rachel-dijo la profesora, haciéndole señas a
la niña, para que entrara.
-Hola Rachel-dijeron todos y la pequeña bajo la cabeza,
sonrojada.
-Vamos a ver donde te sentamos-dijo Anne mirando hacia todos
los lados-mm…allí junto a Daniel, ¿te parece bien?
Rachel solo asintió, y se fue corriendo hasta su sitio,
intentado esquivar todas las miradas posibles. Se sentó al lado de Daniel, le
miro por un momento, momento que le sirvió para fijarse de que tenia miles de
pequeños puntos en la cara, esos puntos le parecían graciosos, y por esos soltó
una pequeña risilla casi inaudible, esos puntos le recordaron a los plátanos
que siempre le hacía comer su abuela, amarillos y con puntos negros, aunque a
simple vista, ese tal Daniel, no era un plátano. Las horas pasaron lentas,
hasta que toco el timbre y todos los niños salieron escopetados hacia el patio,
Rachel salió a aquel pequeño patio y fue hacia donde estaban unas niñas,
jugando con sus lindas muñecas, pero las niñas, al ver a la extravagante y rara
Lizzy, se negaron rotundamente a jugar con la pequeña, Rachel con alguna que
otra lagrima que no conseguía retener fue hacia un banco donde se sentó, puso a
Lizzy detrás suya, y se cruzo de brazos, cabizbaja, aquellas niñas la habían rechazado,
y aunque fuese una tontería el porqué, dolía, dolía sentirse diferente, siempre
duele. Rachel se movió un poco, y oyó un pequeño crujido, en ese instante recordó,
que antes de salir de clase, se había guardado en el bolsillo, un paquete,
donde yacían las galletas de chocolate, más ricas de todo el mundo, las de su madre,
saco de su bolsillo aquel paquete y una a una empezó a comerse aquellas
deliciosas galletas, entonces algo choco contras sus pies, una cosa redonda y brillante,
que a Rachel le parecía a ver visto antes, al sentir el contacto de aquella
cosa contra sus pies, los subió sobre el banco, intimidada.
-¿Me la daz?-dijo Daniel acercándose a ella.
La pequeña lo miro y bajo su cabeza rápidamente.
-¿Qué te paza?-dijo el pequeño, sentándose a su lado.
-Nadie quiere jugar conmigo y con mi muñeca-dijo la pequeña
sin levantar la cabeza, y restregando una de sus mangas contra su nariz,
limpiándose las lagrimas que la rozaban.
-¿Y po que?
-Poque dizen que ez muy muy muy fea.
-¿Y donde ezta tu muñeca?-dijo Daniel alzando su mirada.
-Aquí-dijo la pequeña, sacando a Lizzy de detrás de ella y
dejándola sobre su regazo.
-¡Guala!, qué rara es-dijo Daniel mirando con los ojos muy
abiertos a la muñeca.
-¡No, no lo es!, es…muy muy guapa-dijo la pequeña
acariciando el pelo de su muñeca.
-Tú… ¿erez zu mama?
-Si.
-¿Y quién ez zu papa?.
-No tiene-dijo Rachel encogiéndose de hombros.
-Yo zere su papa-dijo Daniel sonriendo.
-¿De verdad?
-Si-dijo el pequeño asintiendo exageradamente con la
cabeza-¿quieres ser mi amiga?
-¿Amiga?¿que ez ezo?-dijo la pequeña curiosa.
-No sé-se encogió de hombros-mi mama dice, que mi hermana
tiene muchaz amigaz, poque se regalan cosas.
-Toma-dijo dándole una galleta que reservaba, para antes de
entrar a clase-te regalo mi galleta.
-Y yo te regalo…-miro hacia sus pies-mi pelota-dijo
dándosela.
-Ez muy bonita-sonrió.
-¿Amigoz?-dijo Daniel poniendo su mano delante de ella.
-Amigoz-dijo la pequeña agarrando la mano de su nuevo amigos,
y moviéndola rápidamente hacia arriba y hacia abajo, señando su amistad.
Los dos pequeños volvieron a clase, juntos por supuesto. El
primer día de colegio había terminado para la pequeña Rachel, ella y Daniel
caminaban juntos por los pasillos del colegio.
-¿Una carrera?-dijo Daniel mirando pillo a su nueva amiga.
-Preparados-dijo Rachel mirando fijamente al frente y poniéndose
en posición, hace unos días había visto a unos hombres en la tele, su padre le había
explicado que iban a hacer una carrera, aquellos hombres flexionaron sus
piernas, arquearon sus espaldas y con la punta de los dedos tocaban el suelo,
Rachel hizo lo mismo y Daniel la miro extrañado, aunque en el fondo le hacía
gracia como se había puesto la pequeña.
-Listoz.
-¡YA!-gritaron los dos a la vez, y salieron corriendo,
adelantando a varios de sus compañeros, que anteriormente les habían pasado corriendo,
sus risas podían oírse por todo el colegio, sobre todo la de Daniel, que para
su edad, tenía una risa muy escandalosa, la risa más escandalosa que había oído
nunca,
incluso más que la suya.
-¡He ganado, he ganado!-dijo la pequeña saltando en el sitio
y con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Pido la bamcha!-dijo Daniel alzando la mano.
-Se dice revancha Daniel-dijo una señora entre risas parándose
al lado de Daniel.
-Eso… ¡pido la revancha!
-¿Qué es la revancha?-dijo Rachel mirando a aquella mujer.
-Es volver a jugar de nuevo-dijo ella de manera que la
pequeña pudiera entenderlo.
-Ahh…
-Rachel, te estaba buscando-dijo Ellen situándose al lado de
la pequeña.
-¡Mami!-dijo la pequeña abrazando a su madre.
-¿Te lo has pasado bien hoy?-le pregunto.
-Si, mami-dijo asintiendo-mira, este es Danny-dijo señalando
a su nuevo amigo.
-¿Danny?-dijo el pequeño extrañado.
-Si, ez que Daniel es muy muy largo-dijo Rachel exageradamente.
-Puez si tú me llamas Danny, yo te llamare… ¡BLU!
-¿Blu?
-Si, ez azul, como tu cuerda-dijo señalando al lazo que tenía
en el pelo.
-Es un lacito-se rio la pequeña.
-También se puede decir asi -sonrió-¿te gusta, Blu?
-No-dijo cruzándose de brazos.
-Puez entonces te llamara Blu -sonrio pillo.
-Puez, pues, yo te llamare… ¡puntoz!
-¿Puntoz?
-Si, poque tienez muchos puntitos en la cara y en los brazos,
¿ves?-dijo la pequeña tocando cada uno de aquellos puntitos-aquí, aquí y aquí.
-Son pecas cariño, esos puntitos que tiene Daniel, se llaman
pecas-dijo su madre entre risas.
-Puez, le llamare… ¡pecaz!
-Pecaz no-dijo el pequeño negando con la cabeza-Danny me
guzta maz.
-Puez no me digaz Blu-dijo la pequeña haciendo pucheros.
-Vale.-dijo resignado.
Los pequeños se callaron, después de aquella conversación y
dirigieron su vista hacia sus madres, las que
no paraban de reírse ante la
graciosa conversación que había tenido sus hijos.
-Encantada soy Kathy, la madre de Daniel-el pequeño
carraspeo-quiero decir Danny-se rio.
-Igualmente, yo soy Elen, la madre de Rachel-sonrió.
Las dos madres pasaron hablando bastante rato, mientras Danny
y Rachel corrían como locos alrededor de ellas, persiguiéndose el uno al otro. Cuando
llegó la hora de irse como es normal, cada uno se fue con su madre, no sin antes
despedirse, con una dulce sonrisa en los rostros de cada uno, una sonrisa que
no se le fue a ninguno de los dos, hasta
que cayeron dormidos, ninguno de los dos sabían que, ese día iba a hacer el
punto de salida, de una bonita historia
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH QUE MONOS QUE MONOSSSSSSS!! *_*
ResponderEliminarME HA EN-CAN-TA-DO! ains es tan aslkjfhgkjls y alñskdghdlks y por supuesto alkfhjgkld *_*
jajajajaja pues espero el siguiente pronto eh!?
te quiero muchoooooooo<3
Vale despues de intentarlo 29748738572342'4096'5096 veces he podido comentar el capítulo! ya era hora
ResponderEliminarque sepas que soy fan numero uno de tu fic que es demasiado perfecto, y eso que llevas solo la intro mas el primer capitulo...no me quiero imaginar cuando lleves mas...me da algo jajaja
que sepas q me encanta la muñeca q tiene....y la parte de danny cuando se acerca a ella...muero de amor!!!
aaaaiiii que monoss!!!!!!! me los como!!
espero q subas rapido pq estoy deseando leer el proximo un besooo